¿Sabías que… Discotecas en Alhaurín el Grande? Parte 1

En el 1971, año de fundación de TAFER, no existía en Alhaurín el concepto de sala de fiestas o discoteca. Aunque sí había una pequeña tarima, a modo de escenario, en las instalaciones de La Peñita donde se hacían algunas celebraciones y tocaba en directo lo que entonces se conocía como “un conjunto”.

Algunos jóvenes hacían reuniones de amigos en casa de algún antepasado que estuviese vacía, y en la que escuchaban música, bailaban, bebían, fumaban, se enamoraban, etc. Todo al más puro estilo “guateque” de los 60. A este tipo de reuniones en casas particulares aquí se le empezó a llamar “club”.

La primera discoteca que abrió en el pueblo lo hizo en el primer tercio de los años 70, y fue El gato de 9 colas, situada en las afueras, por el camino hacia Málaga, frente a un chalet de grandes jardines con mucha vegetación, y que se conocía como la finca de Guardiola.

Esta discoteca permaneció abierta largas temporadas, pero otras veces estuvo cerrada. La dirigieron varias personas. Y en épocas malas siempre fue el primer dueño quien la volvió a abrir y volvió a llenar el local. Curiosamente, este fue el primer negocio de ocio que se puso en la hoy abarrotada Carretera de Málaga.

Pasados unos años abrió una nueva, denominada Saint-Tropez. Esta estaba más metida en el casco urbano de entonces, pues se hallaba justo al lado de arriba del antiguo mercado.

Ya en 1980 se abre otra más, la discoteca Cuore. Esta se encontraba en Plaza Chica, a medio camino entre las dos anteriores. Lógicamente la novedad hizo que se abarrotase de público, aunque hay que decir que contaba con algunas novedades que no tenían ninguna de las otras dos, como el sonido envolvente, el suelo eléctrico, la visualización de vídeos, etc.